Las frases más escuchadas en una rodada (y cómo responder con estilo)

Toda grupeta bogotana tiene su propio diccionario. Y aunque no hay curso oficial, uno termina aprendiendo a punta de pedal y sarcasmo.

Estas son las frases que más se oyen en una rodada y lo que realmente significan.

“Rodemos suave” La mentira más grande del ciclismo recreativo. Empieza con un tono tranquilo y termina con alguien vomitando en la subida. Traducción: prepárese que hoy se prende la cosa.

Respuesta recomendada: “¿Suave comparado con qué, con una carrera del World Tour?”

“Vamos suave” Parecida, pero más peligrosa. Suena amistosa, pero el que la dice ya lleva el potenciómetro calibrado y la cara de quien va a probar piernas. Traducción: en diez minutos estamos a 35 por hora.

Respuesta recomendada: “¿Vamos suave o usted va suave y nosotros sufrimos?”

“Vámonos en Z2” La frase favorita del ciclista que se cree entrenador. Habla en jerga técnica, pero nadie entiende. “Z2” significa zona dos, ritmo aeróbico, supuestamente fácil. El problema es que cada quien tiene su propio “fácil”.

Respuesta recomendada: “Listo, Z2… pero diga en idioma humano: ¿eso es respirar por la nariz o por el alma?”

“Faltan cinco kilómetros no más” Clásico universal. Siempre faltan cinco. Así pasen veinte. 

Respuesta recomendada: “¿Cinco de subida o de sufrimiento?”

“Queda una curvita” La trampa preferida de los optimistas. Cuando alguien dice eso, prepárese para tres curvas, una rampa y media hora más de pedaleo. Traducción: psicológicamente, necesito mentirme a mí mismo.

Respuesta recomendada: “¿Una curvita… de qué tamaño?”

“Es bajando” Famosa última frase antes de descubrir que todavía falta otra loma. En Bogotá, nada es completamente bajando.

Respuesta recomendada: “Sí, pero primero hay que subir para poder bajar, ¿cierto?”

“Hoy solo giramos las piernas” Promesa vacía. Empieza con ritmo de paseo y termina en competencia no declarada.

Respuesta recomendada: “Perfecto, entonces yo voy girando… pero en taxi.”

Así hablamos los ciclistas bogotanos: con frases que disimulan el sufrimiento y con humor que aguanta cualquier subida. Porque al final, entre el dolor, el frío y la lluvia, lo único que nos salva es reírnos juntos.

Y cuando alguien suelta un “¡vamos suave!”, uno ya sabe: de suave no tiene nada, pero igual se va.

¡Te invitamos a unirte a nuestra comunidad hoy!.

No te pierdas toda la información sobre la actualidad del ciclismo nacional, internacional y nuestro contenido exclusivo.